En una encrucijada por romper la maldición de su padre y detener la macabra
venganza del Capitán Salazar, Henry Turner se asocia con Jack Sparrow y Carina
Smith para buscar el Tridente de Poseidón, un poderoso artefacto con la
capacidad de darle al poseedor el absoluto control de todos los mares.
Los elementos que hicieron popular a la primera están presentes en
esta quinta entrega que pese a la controversia que han generado sus malas
reseñas, se destaca como una mejoría de lo explorado en Navegando Aguas
Misteriosas y En El Fin del Mundo. Nada mal para los jóvenes directores Rooning
y Sandberg de la serie de Marco Polo.
Como era de esperarse, tenemos una producción equilibrada con acción,
comedia, aventura y sentimentalismo. Así es, cada uno de los protagonistas
comparte un objetivo común desde sus perspectivas personales y siendo lo mejor es
que todos sin excepción comparten la misma atención en pantalla.
Johnny Depp será el titular pero en sí se carece de un autentico
protagonista y aquello es genial porque tanto Brenton Thwaites como Kaya
Scodelario salieron a relucir aunque no a la altura de Keira Knightley y
Orlando Bloom. Lamentablemente estos dos veteranos cuentan con una presencia
fugaz, esencial para la trama pero con deseos de haberlos visto mucho más.
Jack Sparrow sigue siendo el mismo en manos de Depp, no existe nada
nuevo a excepción de su origen en contraste con Geoffrey Rush cuyo personaje de
Barbossa sigue evolucionando ante su profundidad emocional y vínculo central.
Bienvenida es la villanía de Javier Bardem, Salazar es una fuerte amenaza para
el elenco y ni se diga del fascinante cameo del Paul McCartney.
Todo pareciese indicar que se trata de la última entrega, que si llega
a serlo, sería una decente forma de hacerlo posteriormente de los cabos sueltos
de las antecesoras. Cambiar al guionista por Jeff Nathanson fue una sabia
decisión por haberle puesto corazón, aunque hizo falta desenvolver a los
personajes, sobretodo a Jack debido a su acostumbrada superficialidad.
No pueden faltar secuencias raras, en cierta manera hace ver a los
efectos especiales en momentos irreales y en otros, el concepto brilla ante la
calidad ejecutada en Salazar como su tripulación. Sentí un poco de descuido en
su cinematografía, nada atrae a excepción de las últimas dos localizaciones,
además hizo falta nitidez e iluminación ya que la oscuridad sobró.
Fue muy similar a la original, en cuestiones de estructura, música,
sonido, combates y efectos; es bueno regresar a sus raíces aunque se quedó
lejos de Mundo Jurásico y El Despertar de la Fuerza. Lo hecho, hecho está y al
final la promesa de una aventura ha sido entregada con entretenimiento y se agradece
el esfuerzo de haber salvado este inusual legado.