Después de haberse separado de su esposo, Sophie se prepara para la
reapertura del Hotel turístico lo cual la hace recordar sobre su madre a quien
vemos iniciar su travesía por el mundo en 1979. Conforme presente y pasado se
fusionan en esta secuela, nos damos cuenta del amor poderoso que comparten tanto
una madre como una hija.
Nunca se ha sabido de una secuela a una adaptación musical que haya
triunfado, de hecho son inexistentes pero he aquí nadie la pidió y de igual
forma Mamma Mía 2 culminó siendo mejor que la original por aprovechar al máximo
su cinematografía con una coreografía más ingeniosa, un vestuario colorido, un
elenco diverso y juvenilmente fresco.
Sirvió de mucho que el director Ol Parker se haya ido a la nostalgia
enalteciendo el vínculo entre una madre e hija porque eso es lo que resulta ser
el aspecto esencial de esta segunda parte. Además la selección de canciones encajó
a la perfección con la historia cuyo guión supo aprovechar el contexto en el
que se desenvolvió la joven Donna.
De las canciones de ABBA, sólo 3 se repiten y creo que fueron
aceptables y necesarias considerando como el significado de ello cambia en
contraste con la primera. El mismo director estuvo a cargo del guión y tras
conocer a los personajes, tomó el gran riesgo de remover al corazón de la
película para darle la oportunidad a las jovencitas, por así expresarse.
Riesgoso y en efecto la mejor decisión porque funciona al ver las
similitudes y las diferencias entre las protagonistas lo cual es parte de la
buena dirección de Hollywood por mostrar a mujeres fuertes. Así que en ausencia
de Meryl Streep, Amanda Seyfried y Lily James hacen un espléndido trabajo en
cargar con el peso de la función.
Amanda ya contaba con la experiencia y como era de esperarse, su
sensibilidad termina desgarrándonos el corazón en compañía de la gran Meryl. La
presión quizás pudo haberla sentido Lily pero bajo ningún momento pareció
dejarse intimidar porque desde que entra al ruedo, nos demuestra de lo que es
capaz de hacer con tal de dejar su nombre en alto.
Es un gusto contar con los retornos de Pierce Brosnan, Christine
Baranski, Julie Walters, Colin Firth y Stellan Skarsgad, y mejor aún ver como
las versiones de jóvenes les da una frescura al reinterpretarlos en las escenas
del pasado. Realmente parecen idénticos y funciona bastante que se hayan
permitido explorar un poco su personalidad a través de sus números musicales.
Darle más peso emocional al presente y refrescarlo con la diversidad
musical del pasado es lo que impulsa a Mamma Mía 2 a volverse en esa gran
sensacional que no puedes dejar de disfrutar no sólo por las inolvidables
canciones sino por cada uno de los personajes que las interpreta. El mensaje de
soñar en grande, amar y el valor de la familia es lo que nos impulsa a apreciarla.
El sonido, la edición y los encuadres cuentan con la misma calidad
mientras los números musicales adquieren mejor coordinación y espontaneidad.
Quizás el aspecto negativo sea la ausencia de Streep y la reducción de tiempo
de los veteranos pero con Cher, Andy Garcia y la inclusión de los jóvenes,
simplemente terminan por recompensárnoslo en grande.
Calificación: 4 ½ de 5 estrellas