Cinco años han pasado
desde la batalla de Chicago y al parecer las cosas no andan bien para los
Transformers. Sean autobots o decepticons, ambos bandos están siendo violentamente
cazados y destruidos por un grupo militar autorizado por el propio e ignorante
Gobierno Estadounidense en conjunto con Lockdown, un cazador intergaláctico cuyo
objetivo es servir a los Creadores trayéndoles a Optimus Prime.
Todavía recuerdo la
primera vez que acudí a ver la original; en ese entonces estaba apenas iniciando
en mis veinte años por lo que aquella cura iba acorde conmigo. Siete años
después y esta franquicia finalmente adquiere un poco de madurez reduciéndose así
su vago humor. Como cualquier producción, cuenta con sus imperfecciones pero al
menos se defiende por su esmero fílmico.
Honestamente creo que
la historia humana es de las mejores de la serie, se percibe el autentico sentimentalismo
de la relación entre padre, hija y novio como también sus escenas sarcásticas.
Asimismo los autoboots están correctamente desarrollados y ubicados, ahora ya
sabemos quién es quién. El detalle quizás podría darse a su núcleo narrativo
sobresaturado lo cual la hace bastante extensa.
El comienzo podría
nublar nuestra memoria debido a sus
múltiples elementos que rodean su trama; conforme nos dirigimos al desenlace es
cuando entendemos su verdadero propósito: desatar el infierno. Esto no es nada
nuevo, el guión de Ehren Kruger conlleva a un espectacular tercer acto debido a sus imparables y explosivas secuencias de
acción. Para los amantes de este género, ahora tienen una buena razón para ir a
verla.
Lamentablemente la
batalla final no supera a la antecesora pese a sus magníficos escenarios cinematográficos.
El tono maduro es gratificante para el
futuro de esta franquicia en conjunto con su estilo cómico menos simplista.
Realmente uno se la pasa bien, ríes y te desestresas en familia o con amigos.
Entonces uno ya sabe
que es de esperarse de Michael Bay, lo mismo va para Mark Walhberg. Anteriormente en manos de Shia Labeuf estas
producciones se sentían aniñadas mientras que con Walhberg, la sensación cambia
hacia una verdadera producción de
acción. Además Stanley Tucci roba escena con su excéntrica personalidad y
Kelsey Grammer ofrece un poderoso antagonismo.
Entre los jóvenes:
Nicola Peltz es más que belleza sino atrae la atención por sus expresiones
conmovedoras y su compañero Jack Reynor cuenta con una gran simpatía de la cual
me hace creer que algún día llegará a ser un gran héroe de acción. En conjunto
con los veteranos, representan un mejorado elenco del anterior a pesar de ser
limitados.
Peter Cullen regresa
como la voz de Optimus Prime en compañía de John Goodman, John DiMaggio, Ken
Watanabe, Frank Welker y Mark Ryan. Indudablemente son la razón por la cual los
Transformers se sienten llenos de vidas. Aunque todavía hace falta que los
vuelvan más serios porque sus disgustos suelen ser vistos como caricaturescos.
Pagar extra para
verla en formato 3D quizás esté en duda, probablemente la 4DX resulté una mejor
experiencia pero en sí, solamente son los momentos de acción donde lucen ya que
se nota que no fue grabada sino al contrario, fue convertida y por tanto los
actos dramáticos se sienten planos. La decisión recae en el gusto del
visitante.
En conclusión véanlo por
lo que es: una película ficticia con extremos efectos especiales y una decente
historia. Es imperfecta en todos los sentidos y despierta mucho más dudas de
las contestadas. Aún así se aprecia la búsqueda de renovación continua por
parte de Michael Bay. Todavía le falta para alcanzar la incuestionable
grandeza, pero entretanto disfrutemos de esta entretenida cuarta entrega.
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