Sé que, con referirme al Elegido, muchos pensarán en Harry Potter, Frodo Baggins, Aang, Neo, Luke Skywalker, Kal-El, Lyra Belacqua, Percy Jackson, Katniss Everdeen, los Hermanos Pensive o inclusive John Connor. Independientemente de quien sea nuestro favorito, no se puede negar el significado que le dan a nuestras vidas conforme los vemos enfrentarse a lo imposible.
Sin importar que sea ficticio, para nosotros los seguidores se siente tan real porque nos metemos de lleno en la travesía y damos por hecho de que al final lograrán cumplir con su destino tal como se establece en sus respectivas profecías.
No obstante, de todos los elegidos sobresale uno por haberse convertido en un villano, y no cualquier villano sino uno de los máximos. Me temo que tenemos que descartar a Jean Grey dado a que fue poseída por otro ser al transformarse en la Fénix Oscura, siendo lo opuesto del joven Anakin Skywalker quien por sí sólo decidió entregarse al lado oscuro de la Fuerza bajo la esperanza de salvar a la persona que más amaba, e irónicamente fracasó por segunda vez consecutiva (si agregamos a su madre al mix).
Que tan enfermo he de estar para confesar que en mis años de preparatoriano me sentía tan identificado con Anakin por más que quisiera sentirme como su hijo Luke. Lo cual no me distanciaba tanto tras haberlo presenciado en Los Últimos Jedis. Tampoco me ayuda decir lo fascinado que estaba con Kylo Ren…
¿Qué puedo decir?
Hay algo en su expiación, tormento o
vulnerabilidad que me atrae. Así que me declaro culpable, nada más no
puedo evitar sentirme identificado con ese conflicto interno que cargan. Esa necesidad de ser los mejores hasta el grado de darle rienda suelta a nuestra impulsividad. Recuerdo bien lo preocupado que salí del cine, en ese instante pensé en que necesitaba detenerme, respirar profundamente y ponerme a pensar seriamente o de lo contrario terminaría yendo por un mal camino.
Y esa retrospección no sólo ocurrió con los terribles eventos del Episodio III, sino 12 años después pude reevaluar mi vida gracias al desvalorado Episodio VIII. Lo repito de nuevo, hay algo en las mentes tormentosas que me ponen a pensar con demasiada seriedad a la que de por sí estoy acostumbrados. Mucha enseñanza se puede detectar en los diálogos de Luke y Kylo Ren, más que oscuridad yo percibo malinterpretación en víspera de esta reinterpretación.
Así que por más que quieran odiar la trilogía
secuela de Star Wars, la Saga Skywalker es una tremenda maravilla psicológica al
momento de presentar y desenvolvernos a sus antagonistas o villanos. Si prestamos suma
atención, podemos igualar ese dolor que experimentan, esas inseguridades al no
poder cumplir con las expectativas que la sociedad les impone o hasta ellos mismos, ya que a veces somos nosotros quienes nos convertirnos en nuestro peor
enemigo y sin darnos cuenta.
En el momento en que se nos revela que Darth Vader es el padre de Luke, mi mundo giró de una forma que mi grito
acompañó al de su hijo conforme se dejaba caer al vació. Al igual que éste y su
madre, podía percibir que había bondad en Anakin que hasta lloré de felicidad
cuando alcanza la redención durante la
batalla de Endor. Cumpliéndose así con la profecía de Aquel que traerá el equilibrio de la Fuerza. Tarde pero conseguida.
La Saga Skywalker se resume en una gran tragedia familiar en toda la
extensión de la palabra, y eso la vuelve real por mas que se quiera negar. Son
esos sucesos a los que no queremos enfrentarnos y de los que nos cuesta aceptar al no
entenderlos. Por esa razón, tienen que pasar décadas para que podamos ver lo que no pudimos ver en ese entonces.
Me temo que algunas cosas están muy adelantadas para sus tiempos, y quizás por eso George Lucas decidió retomar la travesía de Anakin con las precuelas para mostrarnos cómo fue que una persona buena se convirtió en mala y todo porque las personas a su alrededor fallaron en entenderla, por estar pensando en el futuro y nunca en el presente, en lo que hacían.
Eso es justamente lo que pasa cuando alguien
es incomprendido, cuando alguien es juzgado y no tiene el apoyo o peor aún, cuando resulta que la
única persona que tienen a su lado es aquella que sólo quieren usarte para
llevar a cabo las peores atrocidades.
Recién me viene a la mente esa conversación
entre Yoda, Mace Windu y Obi-Wan sobre el papel de Anakin en las Guerras
Clónicas, en especial cuando se le pide espiar al Canciller Palpatine y éste se
rehúsa por considerarlo como una figura paterna y todo porque la Orden Jedi
se había aferrado a su doctrina dogmática.
Tres años antes, Obi-Wan era quien se
rehusaba a respaldar a su aprendiz tras sentir que le hacía falta entrenamiento
antes de dejarlo asumir lo que sería su primera misión ¨exitosa¨ cómo Jedi. Tal
vez tenía razón, pero siendo el maestro cuadrado al lado de Yoda, puedo entender
ahora el por qué también Luke falló al intentar restablecer la Orden durante la Nueva República.
Curioso que hace 13 años, Obi-Wan rechazara la profecía de El Elegido a pesar de que Qui-Gon Jinn yacía tan seguro de esta vergencia en la Fuerza. Tomando en cuenta el
periodo de la Alta República, es evidente que Qui-Gon resultó ser el último vestigio de esta época de oro. Ahora,
más que nada se entiende lo que sucedió en La Venganza de los Sith.
Más al final, Obi-Wan creyó en Anakin y
esa relación se fortaleció gracias a la exitosa serie animada que nos brindó
George Lucas y Dave Filoni logrando así llenar ese necesario espacio entre el
Episodio II y III al atribuirle capas al Elegido. No se diga de la primera temporada de Ahsoka, cuyo quinto episodio titulado
¨Shadow Warrior¨ termina siendo la culminación de todo lo que representa Anakin
Skywalker.
Para quienes vimos las precuelas, la
trilogía clásica, Clone Wars y hasta la serie de Obi-Wan Kenobi, fue todo un
proceso por el que atravesamos al ver lo bueno y lo malo de Anakin conforme
ayudaba a su aprendiz Ashoka a aceptar lo inaceptable con el propósito de vivir
y cumplir con su destino de ayudar aunque significara sacrificarse, porque eso se
requería de El Elegido, de mostrarnos que al final podemos optar por hacer lo
correcto por más malévolos y despiadados que seamos.
En una charla que tuvieron Dave Filoni y
Leslie Headland, la creadora de la controversial serie de The Acolyte, me llamó
la atención la frase sobre que nadie nace siendo un villano. Todos actuamos de la
manera en que creemos que es correcto e incluso, aunque estemos mal, nos aferramos
a sólo ver nuestra versión como la única y necesaria. Siendo mejor, el ser
respaldados por un segundo, tercero o formar parte de un grupo social o
denominación y cuando menos lo esperamos, ya tenemos una postura, un legado por
defender a toda costa y en un descuido hasta se derrama sangre.
En el principio Anakin traicionó a la Orden
para proteger a su esposa de la eminente muerte, el tiempo pasa y cuando se
enfrenta con Obi-Wan se trata de conservar su Imperio después de haberle
ofrecido a Padme que los dos juntos gobernaran a su manera, pero como ella no quiso,
terminó siendo ahorcada e irónicamente asesinada por él mismo.
Y es que el poder corrompe, y usualmente todos
los sucesos terribles empezaron siendo ideas buenas, tan así que suelen ser
aplaudidas en senados o en periodos de elección. Nadie nunca lo ve venir
porque en el principio sólo vemos a la persona, es con el tiempo y las
compañías misteriosas cuando estas se definen en la oscuridad o luminosidad.
Anakin siempre fue sensible, al igual que su
nieto Ben que tanto admiraba su contraparte como Darth Vader. Mientras que uno trataba de
alejarse de la oscuridad, él otro se alejaba de la luminosidad y todo por
tratar de hallarle un sentido a su vida, cumplir con las expectativas o peor
aún, llenar ese vacío que todos solemos tener al sentirnos incompletos.
Cuando le preguntaron a Christopher Lee sobre su antagonismo como Count Dooku, él aclaró que no interpretaba villanos sino a personas. Lee, que en paz descanse, dio justo en el clavo, los villanos de Star Wars van más allá de lo que percibimos como bueno o malo, sino que son personas que sienten, que sufren por las metas, las expectativas, la presión, el estrés…
Hay bastante que podemos aprender de ellos, podemos incluso descubrir que hasta los
héroes pueden perdonarles la vida o dar su propia vida para darle la
oportunidad de redimirlos. Lo que hizo Luke por Vader y Ren, al rehusarse a pelear con tal de conectar y darles esa oportunidad de ver lo bueno en si mismos, es lo que hace que Star Wars sea trascendental y única.
Ámenla u ódienla, así de jodidamente fenomenal es la Saga Skywalker y todo gracias al personaje que nos construyó George Lucas y que Hayden Christensen desenvolvió con humildad, inocencia, maldad y complejidad. Lamentablemente tuvo que pasar dos décadas para que recibiese esa merecida ovación (refiriéndome al panel del 20 Aniversario de El Ataque de los Clones), pero sin duda valió la espera.
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