No ha sido una buena semana
en cuestión de rentas ya que de los tres títulos, sólo una cumplió con el
objetivo de entretenernos pero en sí, creo que prefiero mil veces más el cine
comercial-dramático que el independientemente “Artístico”.
Enemigo (Enemy)
Decidí confiar en los
críticos y en los promocionales que estuvieron bombardeando un tiempo en
televisión. Indudablemente Jake Gyllenhaal se distingue entre los dos papeles
pero la ausencia de un desarrollo de personajes nos hace divagar tanto que al
paso de la media hora se pierde el interés. Al menos podía escucharse pero
conforme avanzaba, las incógnitas nomás se almacenaban sin señal alguna de ser
contestadas. Grave Error sería esperarse puesto que se complican las
circunstancias pero sin un origen de por medio. Por tanto esta adaptación no
tiene sentido de verse. Ni idea qué le pasó a Denis Villeneuve, posteriormente
de un estable drama como Prisioneros, se fue a este fiasco. La verdad, me
arrepiento de haberla visto. Pude mejor volver a rentar El Cielo Si Existe,
Capitán América o hasta Divergente.
Calificación: 1 de 5
estrellas
Debajo de la Piel (Under the Skin)
Al igual que la primera, me
dejé llevar por una supuesta excelente recepción pero sin omitir la duda del todo.
IGN la calificó como Una extraordinaria obra psicológica de horror que nos
impacta desde el primer minuto. Honestamente, sólo soporté 20 minutos antes de
decidir adelantarle y darme cuenta que la misma rutina continuaba sin
profundizar en la trama. En sí ¿dónde está la historia que me prometieron?
Obviamente Scarlett Johannson no tiene la culpa, pero por lo poco que vi,
simplemente le aconsejaría que no desaproveche su talento en esta clase de
producciones, preferible verla como Viuda Negra o adoptar la postura simpática
de Un Zoológico en Casa. Probablemente
Jonathan Grazer sea un genio por sólo llevar a cabo esta adaptación, pero como
director, la ausencia de diálogos y un desarrollo de eventos nos hacen tirar la
toalla.
Calificación: N/D.
La Coartada Perfecta (Reasonable Doubt)
Apresurada y tensa la mayor
parte del tiempo lo cual era lo que hacía falta para sentirme aliviado después
de haber visto dos terribles películas. La dinámica entre Dominic Cooper y
Samuel L. Jackson es mejor de lo que anticipaba, curiosamente forman parte del
Universo de Marvel mas nunca se habían visto en escena. El caso es sencillo y
de doble filo, nada es lo que uno espera y por tanto uno termina contento. Sin
embargo, no puede evitar sentir que quizás 20 minutos le hubiese dado un buen
desarrollo a los actores secundarios, principalmente al antagonista porque una
vez que la verdadera tragedia se desata, la producción no pierde tiempo en irse
directo al desenlace catártico provocando una sensación de fugacidad.
Calificación: 3 de 5
estrellas
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