Tras seis años de rastrear a una cédula extremista de Al-Shabaab, finalmente se le concede la
oportunidad a la Coronel Powell de ponerle un alto no sin antes pasar por un arduo
proceso donde militares y políticos se disputaran tanto las causas legales y
repercusiones de dicha acción ante el imprevisto daño colateral a causa de una
pequeña inocente.
Para un escritor poco reconocido, es una fantástica forma de despegar
su carrera. Guy Hibbert demostró ser valiente al escribir esta complicada trama
complicada de la cual no te dejará descansar en absoluto. De inicio hasta incluso
después de los créditos, no dejarás de analizar la delicada situación ya que su
controversia te golpeará la cabeza.
Quizás agradezcas no formar parte de esta mesa o recurras a tu sistema
lógico proporcionando una especie de justificación o solución al problema. La
verdad del asunto es que nadie está listo para esta clase de decisiones. Menos
los políticos quienes al parecer sólo entorpecen el proceso por pensar en su
propia agenda. La guerra tiene un costo concuerdo y cada soldado lo sabe.
Hay situaciones donde no podemos quedarnos con los brazos cruzados y
si fuese ese el caso, entonces nuestro mundo no sería “civilizado” como medio
lo conocemos hoy en día. Lo cierto es que a veces por redundar en las posibles
soluciones o disponer como deslindar obligaciones, más vidas de las calculadas
se pierden y todo por el miedo a no asumir la responsabilidad desde antes.
Así de valiente estuvo el director Gavin Hood aunque no es de
sorprenderse considerando su previo coordinación en Rendición. De inmediato te
engancha con una atmosfera tensa que con cada secuencia se alza hasta explotar
justo en el climax. Este director aprovecha cada espacio, circunstancia y
dilema, acercándose lo más posible al panorama real de una guerra moderna.
De por sí con guión enfocado al desarrollo de personajes y un director
que sabe lo que quiere, podría decirse que las actuaciones fluyen con severo
impacto. Este sin duda es un elenco liderado fríamente por Helen Mirren y Alan
Rickman donde Barhad Abdi, Phoebe Fox y Aaron Paul los respaldan con el tono
emocional.
No será tan inmensa en efectos especiales o edición, pero las
secuencias de infiltración con los drones, las tomas satelitales y la intensa
persecución están perfectamente elaboradas. Por tanto estamos ante un drama de
suspenso incontenido con espectaculares actuaciones. No cualquiera puede
adentrarse a este caótico contexto donde se te juega tu alma por causa de dos
puntos de vistas que convergen.
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