Un año después del reencuentro entre Nemo y su padre Marlin, Dory se ha
vuelto parte fundamental de esta familia hasta que un destello de su niñez la
hace acordarse de sus padres creándose así el impulso por ir a buscarlos.
Tomando en cuenta sus sentimientos, Marlin y Nemo deciden acompañarla en otra
aventura que los pondrá al límite de sus cotidianas vidas.
Considerando el fenómeno que fue Buscando Nemo, no hubiese creído que
la secuela sería capaz de revivir esa chispa de profundidad narrativa. Un
placer haberme equivocado porque por segunda vez, Pixar cumple con las
expectativas en cuestiones de comedia, creatividad, historia y personajes.
Después de 13 años, el director Andrew Stanton regresa a este fantástico mundo acuático del
cual hemos revivido una y otra vez. Sin embargo, se debe recalcar la
experiencia adquirida considerando a Wall-E cuya colaboración con Sigourney
Weaver es vuelta a utilizar asegurándose que Stanton es un seguidor de esta
talentosa veterana al igual que yo.
Es correcto indicar que la esencia sigue siendo la misma con la
excepción de que esta secuela se torna mucho más humorística conforme nos
acercamos al desenlace del cual en una sola palabra lo describo como épico.
Además de poderse disfrutar en familia o con amigos, sin importar la edad, te
deja un gran mensaje a seguir una vez que culmina la función.
Sí por uno fuera, quisiera que esta animación siguiera sin fin porque
te la pasas a todo dar. Sales de la sala con una gran sonrisa y por ende las
críticas positivas rolan y rolan esparciéndose así las recomendaciones que ya muchas
producciones quisieran tener. Como tal, este es un guión a seguirse por su
impactante trama y emocionantes circunstancias.
Pareciera caer en el mismo esquema de la original pero se desvía por
otra ruta. No cabe duda que esta es la historia de Dory en conjunto con el
pulpo Hank, su nuevo aliado cuya voz e ilustración se convierte en la gran
revelación. Marlin y Nemo se desplazan al segundo plano pero siguen conservando
ese nivel de importancia hasta el final.
Si no fuese por el desesperado de mi hermano y su comunicación con mi
padre, no me hubiese dado cuenta de la función subtitulada que tenemos exclusivo
en el cine VIP de nuestra ciudad. De mi parte no pude evitar sentirme nostálgico
por escuchar estas voces estelares en sus diálogos originales.
Es un gusto contar con los retornos de Ellen DeGeneres y Albert
Brooks; esta vez Hayden Rolence suple la voz de Nemo la cual creía era la
original de 2003, Ed O Neill es una revelación como lo mencioné, Diane Keaton y
Eugene Levy son una maravillosa inclusión como los padres de Dory y tampoco
pasan desapercibidos Ty Burrell, Kaitlin Olson, Dominic West e Idris Elba.
En cuestiones de efectos especiales y el sonido, la secuela sigue
disfrutando de una hermosa cinematografía. No cualquiera puede duplicar la grandeza
y favoritismo de la original a excepción de Pixar. Es una lástima que su
siguiente adaptación sea la de Cars 3 pero entretanto, no se te ocurra perderte
de Buscando a Dory porque te encantará.
Calificación: 4½ de 5 estrellas
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