La pareja de casados Pete y Ellie se topan con un centro de crianza
donde deciden acoger a una adolescente y
sus dos hermanitos con tal de recuperar esa chispa de felicidad que le hace
falta en su relación. Sin embargo, serán puestos a prueba al tener que lidiar
con los problemas que traen consigo esta adolescente y los dos niños
abandonados.
Para mi grata sorpresa, nos entramos ante no sólo la mejor comedia
familiar del año sino una de las mejores películas y justo para esta temporada
navideña donde necesitamos de ese espíritu. Hacía un buen rato que no me conmovía
con una historia casi al alcance de todos debido a que ese sistema es
inexistente en nuestro país. Triste.
Habiendo dirigido las de Daddy’s Home y Quiero Matar A Mi Jefe 2,
sabía que el humor negro no me incomodaría; lo que no anticipaba es que Sean
Anders pudiera adaptar una historia inspirada en hechos reales y haberla equilibrado
con un gran carisma y sentimentalismo. Yo creo que cualquiera podría apreciar
su estilo y hasta sentirse identificado con el contexto plasmado.
Es imposible no conectar con nuestro interior debido a la profundidad
de su trama. Esa problemática social es inquietante y los hechos lo dicen por
sí solos. Nos damos cuenta de lo frágiles que somos y el riesgo que corremos
cuando estamos solos. Obvio, este modelo implica una enorme responsabilidad y
compromiso que van con unos y otros no.
Y Anders como su co-guionista John Morris estuvieron conscientes de
mostrar la situación por lo que es sin señalar ni tampoco concluir en que es
bueno ni malo, simplemente es una decisión personal que llevado al máximo
esfuerzo y tolerancia, puede brindar beneficios no sólo a la familia sino al
país. Quizás y me enamoré de esta película.
Observar a Mark Walhberg con los ojos llorosos fue impresionante e
increíble considerando que esta es sin duda su mejor actuación y ni se diga de
Rose Byrne con quien comparte una extraordinaria química. La pareja posee todo
lo necesario para cargar con el peso, nos hacen reír con tanta naturalidad y en
los momentos serios, nos conmueven.
Que una película te ponga a pensar sin estresarte, es un máximo logro
y más cuando se trata de una comedia. Debo mencionar que el casting estuvo
fenomenal: Isabela Moner como Gustavo Quiroz y Julianna Gamiz supieron
interactuar con Walhberg y Byrne. En los buenos y malos momentos se siente la
tensión y a su vez es lo que desencadena una familiaridad circunstancial.
Una mención especial sería para Octavia Spencer, que después de La
Cabaña se ha tornado en una de mis actrices favoritas y que aplaudo que me la
hayan removido del papel de la sirvienta sin en ningún momento reducir su
rebeldía sino enaltecérsela porque cada diálogo o referencia es expresado con
un gesto imposible de no apreciar.
En conclusión, Familia al Instante es una comedia que da mucho de qué
hablar, no sólo es reírte sino ver una problemática desde otro punto de vista
que siendo o no padre o madre, hay algo por aprender con respecto a la forma en
que tratamos a los demás. Dirigida para cualquier público, los invito a verla
porque son de esas producciones de calidad que no puedes dejar pasar.
Calificación: 4½ de 5 estrellas
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