Tres semanas después de haberse liberado la Bestia, David Dunn al lado
de su hijo adulto trabajan intensamente en la persecución de este villano antes
de que más víctimas se le sumen a su causa. En plena confrontación, son
capturados y sometidos a una terapia psicológica donde el Sr. Glass aprovechará
para mostrarles su existencia al resto del mundo.
Hacer una sinopsis no es tan fácil como creí dado el extenso
desarrollo de los personajes; me temo que la acción sólo está presente al
principio y en el fin, mientras el drama predomina en su mayor extensión
durante el intermedio. Entiendo el por qué algunos se han decepcionado, en mi
caso soy la excepción porque encontré interesante el aspecto psicológico de los
participantes.
Todo tiene sentido en la narrativa propuesta por M. Night Shyamalan,
todos sin excepción brillan hasta incluyendo la nueva adición. Los diálogos son
resaltados de por sí por las fenomenales actuaciones y tanto la edición como
efectos especiales cumplen con la calidad demandada. Aunque cabe añadir un
aplauso para el compositor de la música.
Dicho lo anterior porque sirvió en crear esa atmosfera de miedo y
suspenso, además de añadirles esa capa de personalidad a cada una de las trece
o más identidades en James McVoy. Sigo insistiendo que este actor merecía el
reconocimiento en las premiaciones y lo sigue mereciendo al convertirse de
nueva cuenta en el centro de la atención.
Bruce Willis sigue siendo esa figura estable como era de esperarse, y
cabe señalar que su enfrentamiento con McVoy está bien anticipado. Aunque al
final de cuentas, esta película le pertenece a Samuel L. Jackson ya que no para
de lucirse como Mr. Glass. No cabe duda que Night se respalda en éste para
darle un cierto homenaje a los comics y a su vez un giro.
Los retornos de Anya Taylor-Joy, Spencer Clark y Charlayne Woodard
sirvieron también para darles el trasfondo, fuerza y las consecuencias a los
protagonista y más contemplando ese traumatizante final que ninguna adaptación
de Marvel o DC se atrevería considerar. Independientemente de la recepción
mixta, esta trilogía ocasiona tal impacto que nadie dejará de hablar de ello.
Otros elementos que me gustaron fueron: las transformaciones de McVoy,
la integración antagonista de Sarah Paulson como la Dra. Ellie, el vestuario de
Glass, la confrontación al principio y al final, el trágico cambio de dirección
en el tercer acto y cada una de las escenas en donde se explora el aspecto
psicológico de los tres protagonistas por resultar ingeniosos.
Una película de superhéroes que termina no siéndolo. Insisto en que
ese tercer acto desencadena un grandioso e inesperado cierre a una trilogía que
comenzó hace 19 años. Incomprendida en ese tiempo con Inquebrantable, admirada
silenciosamente con Fragmentado y completándose en alto el círculo narrativo al
vincularse todo.
Glass no es para todos, pero para quienes sí lo es, estoy seguro que
como yo, no podían desquitar su vista de cada escena y siempre tan atentos a
los diálogos. Ingenioso haber recurrido a algunas tomas eliminadas de la
original. Honestamente, quisiera volverla a ver no sin antes revisitar las
anteriores.
Calificación: 4½ de 5 estrellas
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