Difícil
de creer que hayan pasado ya 13 años desde que los Simios se rebelaron a la par
de que la humanidad comenzaba a extinguirse y todo por garantizar la cura del
Alzheimer. Como diría David abordo del Prometeo: ¨Grandes cosas tienen pequeños
inicios¨ o, mejor dicho: "Las peores cosas que te puedas imaginar, fueron
hechas con las mejores intenciones", parafraseando al Dr. Grant
durante su terrífica estancia en Mundo Jurásico y con mucha razón.
Es
evidente la inspiración que tuvo el director Rupert Wyatt con respecto a la
trilogía clásica de Star Wars y subsecuentemente de El Caballero de la Noche,
para tomar la misma estructura de ejecutar una introducción, desarrollo y
desenlace a la de por sí popular saga de El Planeta de los Simios.
Una
trilogía desvalorada en mi humilde punto de vista porque tratándose de ciencia
ficción, la encuentro superior a todo lo que Marvel nos ha entregado. Sobre todo en efectos especiales y no se hable de la actuación, la cual en general es inigualable y a su
vez un horror de que no logre el mismo alcance en Taquilla dado que a duras penas llegó a ser reconocida por la Academia.
Sólo
espero que con la reciente cuarta entrega que está por estrenarse, se aviva el
interés como fue mi caso al volver a aventurarme a este reinicio del cual
terminó por conmoverme en aquel verano de 2011.
Y es que al igual que muchos, nos cuesta trabajo entender ¿por qué
diablos Andy Serkis no fue nominado por su poderosa caracterización como César?
¡Alguien
qué me explique por favor!
En fin, El
Origen del Planeta de los Simios como fue denominada allá en España a
diferencia de (R)evolución en Latinoamérica, nos conquista el corazón
por enfocarse en esta inusual familia en donde el químico Will Rodman está
tratando de encontrar la cura del Alzheimer para ayudar a su padre y
temporalmente logra provocando a su vez la propia exterminación de la
humanidad.
Las
escenas entre Will y César son bastante conmovedoras que es inevitable no
derramar una lágrima justo en el desenlace, o inclusive en el intermedio cuando
César es encarcelado y hace un berrinche del que debía ameritarle la nominación
a Serkis, eso o su intensa línea de ¡No!
Sin duda a muchos nos hizo brincar de nuestros asientos.
Pese a
ser un drama, primeramente, sus secuencias de acción no decepcionan, muy en especial
la ruta del puente de San Francisco. A parte de que los antagonismos de Brian
Cox, Tom Felton y David Oyelowo nos ayudaron bastante para preocuparnos de los
papeles interpretados por Freida Pinto, John Lithgow y del pobre James Franco,
cuya carrera hoy se encuentra en mal estado a gran diferencia de este designado ¨segundo aire¨.
Con una
recaudación de $ 172.4 millones de dólares en Estados Unidos y $ 481.8 millones
a nivel mundial, es más que suficiente para declararse un éxito por su
presupuesto de $ 93 millones. Nadie sabía lo que pudiera venir en la secuela la
cual tardó 3 años en estrenarse. Tiempo necesario viendo la obra maestra que se
tornó El Amanecer del Planeta de los Simios o simplemente referida en
México como Confrontación.
Verla en
el cine fue una experiencia poderosa porque se posiciona a la misma altura de
El Imperio Contrataca al desarrollar a los personajes y ponerlos en su punto de
quiebre, en especial la rivalidad entre César y Koba, este último lo vemos
dispararse con un tremendo antagonismo por parte de Toby Kebbell.
Honestamente, nunca me cansó de verla por la fascinante y profunda que
llega a ser su narrativa y por cómo terminan las cosas. Me temo que la barra
quedó en alto y se notó en su taquilla al quedarse en los $ 700 millones. A
parte de que tuvimos nuevos personajes humanos y el tiempo transcurrido fue de
una década (¿inspirado en El Ataque de los Clones?) y no se diga que fue
acreedora de la categoría de efectos especiales. Categoría bien merecida por
parte de la Academia que a su vez no tuvo vergüenza en descartar a Andy Serkis
como Mejor Actor.
Me
sorprendió bastante el nivel de calidad interpretativa en la que se desenvuelve Jason
Clarke, un actor a quien considero desvalorado y con mucha razón tras haber
suplantado a James Franco con éxito. A parte de que Gary Oldman nunca falla en
convertirse en ese anti héroe mientras que Keri Russell y Kodi Smit-McPhee
tienen una buena presencia en pantalla.
Me
hubiese encantado verlos de nuevo en La Guerra del Planeta de los Simios,
pero entiendo que nomás no podía ser porque esta trilogía le pertenecía a César
y justamente debía terminar con su muerte, una muerte justificada y potente a
pesar de haberse quedado por debajo de las anteriores por no cumplir con las
expectativas que generaba su título.
Para
tratarse de la guerra prometida al final de la antecesora, yo hubiese creído
que Koba volvería para un segundo round posterior de su enfrentamiento
memorable, pero sólo lo tuvimos en los sueños muy oscuros de César como
parte de su remordimiento al haber decidido romper su regla de que un simio no mata
a otro simio.
Woody Harrelson hace lo posible por hacerse
odiar y medio lo cumple, lo que pasa es que sentí que le hizo falta más a su
personaje de Coronel. La pequeña Amiah Miller nos conmueve con sus expresiones, es lo que nos sumerge a ese tono emocional, pero si se me figuró un descuido la
participación de Gabriel Chavarria porque por un momento creí que sería el
Jason Clarke o el James Franco de esta película, y nada que ver.
Lo más
cercano que tuvimos a una guerra fueron los primeros 15 minutos, de ahí es
tragedia, drama, venganza, esclavitud y finalmente concluir con una batalla que
te deja sin aliento, mas carece del tono emocional de las otras. Si no
fuese por el final, esta entrega se hubiera colapsado, pero no fue al caso.
Sino hasta le dejaron espacio para retomarse con una nueva generación como lo
veremos con El Reino del Planeta de los Simios la cual ahora si se sitúa en el
contexto original de la producción de 1968.
Y tomando en cuenta su taquilla de $ 490 millones a nivel mundial, entonces fue evidente que el interés declinó, aunque no lo suficiente para detener su continuación, y me da gusto porque esta reciente trilogía se percibe como de esas joyas extrañas y desvalorada en la industria del cine ya que a duras penas suele escucharse o siquiera recomendarse.
Hasta
cierto grado podría compararse en el nivel artístico de Dune por su ciencia
ficción sólida y visualmente de acción a la Avatar. Fue un gusto volver a
visitar esta franquicia, incluso la original, en preparación de la cuarta
entrega porque presiento que lo vale y bastante.
Sigan
atentos porque seguiremos viajando en el tiempo…
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