Como su título lo
indica, este suspenso dramático consiste en una historia particular llevada a
cabo por dos posturas cuyo propósito radica en el rescate de unos prisioneros,
por así referirse. En sí el esquema se resume en un caso de desaparición mutua.
En el día de gracias, dos familias se reúnen en una casa no tan distante de la
otra. Por causa de un descuido, ambos padres pierden a sus hijas menores y se
presume hayan sido secuestradas por una
RV que por coincidencia rondaba cerca de esa zona tranquila.
El Director Denis
Villeneuve no pierde el tiempo en introducirnos a estos personajes y en su
proceso, desenvuelve la atmosfera tensa hasta generar puntos culminantes donde la
vulnerabilidad pasa a coraje. Los trabajos de Villeneuve no son reconocidos por
la audiencia general ya que su presencia es más internacional a excepción de su
nominación a Mejor Película extranjera con Incendies hace dos años.
En esta ocasión,
Villeneuve recibe la oportunidad de trabajar con un gran elenco concentrándose en
dos actores de los cuales los condujo por excelentes caminos ya que su
desenvolvimiento personal es impresionante por mantener nuestra atención a
través del desplaye de distintas emociones. Debido a las circunstancias
cambiantes, la interacción con el público no se limita a lo sentimental sino a
lo crítico porque nuestra mente juega un papel esencial de acorde a nuestras
percepciones y experiencia de vida.
Debido a un ritmo metódico,
la edición podría sentirse redundante en algunos momentos pero la intención
está justificada. De hecho hay claves a primera instancia que resultan ser
pistas del caso desarrollado. El desarrollo de personajes se cumple
satisfactoriamente aunque no hay mucho por profundizar, obviamente el punto de
un padre tiene su efecto como la preocupación de un buen detective.
No es un recorrido
fácil de experimentar pero al menos te pondrá a pensar de ahora en adelante,
especialmente si eres un padre de familia. Psicológicamente es fuerte y
emocionalmente ni se hable. La conmoción no se queda por mucho ya que la
consciencia se involucra y podría resultar en personajes cuya elevada simpatía
se desvanece con malas decisiones. Después de todos, somos hombres y por
naturaleza siempre cometeremos errores,
una de las temáticas empleadas desde el concepto de pecadores.
Difícilmente la veo
recibir nominaciones como el estudio pretendía; bueno a excepción de Hugh
Jackman a quien creo se roba la película con su poderosa interpretación, aunque
su similitud con Les Miserables podría cerrarle esa puerta. En constraste, Jake
Gyllenhaal muestra su presencia debido a su actitud madura, asimismo brilla
durante las escenas donde su personaje pierde los estribos, especialmente
cuando va en el carro a toda prisa en la última secuencia.
Pese a sus limitados
tiempos, el reparto no se queda atrás. Terrence Howard contribuye con el golpe
de conciencia y el remordimiento causado por la delgada línea del bien o el mal. Me hubiese
gustado ver un poco más sobre Viola Davies porque su postura conformista no
quedo del todo definida como la de Maria Bello, la cual interesantemente adopta
un camino más cerrado y poco maduro. Los
giros sorpresivos se los llevan Paul Dano y Melissa Leo porque ambos se salen de
su zona de confort, entregando aspectos irreconocibles.
En conclusión, es una
adaptación decente y un poco extensa para su género. Cumple con entregarnos
interacciones poderosas dentro de escenarios que uno nunca quisiera
experimentar más nuestro involucramiento es inevitable porque al final
tendremos algo de qué hablar al respecto. Difícilmente defender porque los
hechos son tan claros, pero si uno estuviese bajo esas circunstancias ¿realmente
actuaríamos de ese modo para lograr un bien común?
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