Callejera, juvenil e ingenua, Homecoming es exactamente la película
que hemos esperado del Hombre Araña desde ya hace tiempo atrás. No cabe duda
que Capitán América: Guerra Civil lo colocó de nuevo en el mapa aunque los
despojos de la Batalla de Nueva York se tornaron eficaces para motivar
contextualmente esta trama
Sirviendo de respaldo en el programa de Los Vengadores, Peter Parker
se encuentra peleando contra el crimen y ayudando a las personas hasta que se
ve envuelto en una situación que va más allá de sus manos. Limitado por su
inexperiencia, decide desobedecer a Tony Stark para detener el tráfico de unas
armas letales que amenazan con la seguridad de la ciudad.
Más que una producción motivada por intensas explosiones bajo el lema
de salvar al mundo, el director Jon Watts optó por centrarse en la adolescencia
de este superhéroe. Lo cual esto lo hace identificable con todos los jovencitos
de hoy en día que buscan demostrar su capacidad sin canalizar en las
consecuencias por su insensatez.
Existe un mensaje en su desenvolvimiento y se entiende de la forma más
sencilla. Sin saturarse, todo transcurre a un buen ritmo equilibrado con
momentos divertidos y complicaciones. En sí las interacciones son la que la
hacen avanzar hasta su ingenioso desenlace. Pero no nos olvidemos, sigue teniendo
ese ambiente escolar y he aquí lo refrescante.
Lo que me gusta es que no trata de explicarte, sino de inmediato se va
a las consecuencias derivadas de Guerra Civil pero apostando por lo local. Una
vibra de Defensores se podría percibir pero sin la sangrienta violencia. Aunque
no lo crean, no va dirigida a los niños sino a los jóvenes y hasta los adultos
debido a la madurez proporcionada.
Subrayó madurez porque aunque no quiera, Robert Downey Jr. estuvo
perfecto como el mentor. Esperaba mucho más presencia de Iron Man, pero Marvel
respetó el protagonismo al realzarlo con una figura paternal cuyas escenas
selectas concluyeron siendo lo suficientemente complementarios en el desarrollo
del personaje e impulso del guión.
Tom Holland capta esa esencia olvidada y bajo esta nueva dirección, se
mantiene fiel a los sentimientos de este joven sin sobre-exagerar. Incluso su
acercamiento lo vuelve mucho más humano por estar demasiado lejos de la altura
del antagonista. Al final de cuentas, es un joven que debe regresar a su casa a
hacer sus obligaciones después de la escuela.
Como Volture, Michael Keaton es sensacional en cada una de sus
secuencias. Un digno adversario que me gustaría tenerlo en las siguientes
secuencias debido a su conflicto con Holland. Fue agradable también haber
tenido el retorno de Jon Favreau y Gwyneth Paltrow, podría decirse que fue como
en los viejos tiempos, se extrañaban.
Interesante el giro de MJ en Zendaya, muy propio al igual que Flash
por explorar el bullying psicológico en lugar del físico y vaya continuación de
la Tía May, me hubiese gustado haber visto más de Marisa Tomei, mas por el
momento esta relación es mucho mejor en conjunto con la amistad de Jacob
Batalon como Ned. Nunca antes ser raro había sido tan cool.
Visualmente, los efectos especiales tuvieron una mejoría por enfocarse
a lo sencillo. Inclusive decidieron alejarse de la urbanidad hacía lo callejero
donde se representase una desventaja para el trepador. Sensacional las
actualizaciones en su traje, ese injerto tecnológico al lado de la voz de
Jennifer Connelly fueron un resalte para apreciar.
Una versión moderna en todos los sentidos inspirada en las acciones y valores de un adolescente que busca probar su
capacidad por hacer el bien, sin embargo, suponer no ser nada sin el traje lo
pone en una encrucijada por descubrir quién realmente es. Aquí la frase de Downey
Jr. toma vuelo debido a la fuerte química con Holland en este de por sí carismático
relato.
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