¿Cómo está la primera
adaptación biográfica de Cantinflas? Debo admitir que para una película
mexicana resultó bastante decente. Se puede percibir un nivel de calidad y
profesionalismo en la cinematografía, la edición, sonido, el vestuario y el
arte.
Como era de esperarse,
el actor español Óscar Jaenada es el foco de atención y la verdadera razón por
la cual esta función termina entreteniéndonos de buena manera. No que el resto
del elenco no cumpla con los requisitos, simplemente fueron tratados como
extras.
A excepción de Michael
Imperioli cuya presencia consiste en atraer al público americano a través de su
personaje Michael Todd, las actuaciones de Bárbara Mori, Adal Ramones, Joaquín
Cosio, Eduardo España, Anna Layevskaya, Luis Arrieta y Luis Gerardo Méndez son
sólo apariciones.
El reparto es
pasajero como el aire a excepción de Ilse Salas quien en su interpretación de Valentina
Ivanova, obtuvo un poco más de tiempo. No obstante, encuentro desaprovechado
que haya sido empleada mayormente para los momentos de tensión, que a su vez no
logran conmovernos.
La personificación de
Jaenada merece reconocimiento pese a su comportamiento poco popular con los
medios. No cualquiera puede interpretar a Cantinflas y mucho menos alguien de
sangre española. Quienes hayan visto las películas, saben que Jaenada lo conquistó.
Mi desacuerdo se basa
en el guión, algo superficial para mi gusto y demasiado cuidadoso ¿Para qué
tocar partes sensibles sino se pensaban desarrollarse? Por otro lado, Jaenada y
Méndez compartieron una maravillosa química como Shilinsky y Cantinflas pero
nunca llegamos a saber los motivos de su separación.
Me quedé sumergido
con esta relación que me hubiese gustado verlos interactuar en más de tres
escenas; incluso en cuestiones de amistad, no tanto de teatro. Esto hubiese
dado peso a la escena de confrontación entre ambos porque se es difícil sentir
algo cuando se carece de un fundamento narrativo.
Todo parece indicar
que Mario Moreno prefería que se le dirigieran como Cantinflas, pero de mi lado
me hubiese gustado haber visto ese estrago entre su identidad y la noción del
público ¿Realmente estaba satisfecho con ser recordado de esa manera? ¿Nunca intentó
romper el encasillamiento?
El director y
guionista Sebastián del Amo fue rígido y frío en tanto al guión como en el
desenvolvimiento fílmico. Quizás eran muchos acontecimientos por contar en 106
minutos. Lo ideal hubiese sido extenderlo a 180 minutos. Siendo honestos, la
historia lo acreditaba.
Esta adaptación debió
haber adoptado un estilo artístico y no comercial. 100% mexicana pero al final
la percibo mayormente dirigida para la audiencia estadounidense, principalmente
por la presencia de Michael Todd a quien se nos describe lidiando con su
mega-producción de La Vuelta al Mundo en
Ochenta Días.
Para los conocedores,
saben que aquella adaptación significó bastante para nuestra figura
internacional, pero yo hubiese puesto los pies firmemente en México. En otras
palabras, la historia de Mario Moreno debió haber estado en primer plano y no siendo
opacado por la filmación de Todd.
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