Lo único que podría valorar es la intensa
actuación de Viola Davies y la fluidez de Denzel Washington porque usualmente
éste último tiende a estar serio y he aquí la excepción, el hombre no se calla
en lo absoluto. Esto me hace sentir a Fences en una especie de monologo pero al
menos es interesante en su contexto el cual abarca desde el tópico familiar
hasta el deportivo de aquella época.
En cierta manera la siento
desaprovechada, su guión es tedioso durante sus dos horas de duración porque en
cuanto sucede lo bueno, es mediante dos secuencias de rupturas de las cuales no
existe seguimiento alguno. Nada de catarsis o segundas oportunidades entre los heridos,
por ende es frívola y cerrada a su contexto escaso porque no suelen escapar del
mismo vecindario, es más, a duras penas salen al patio de la misma casa.
Teniendo a títulos como Belleza Colateral
o Sully, indiscutiblemente Fences terminó robándoles su lugar y de mal gusto.
Aún así hace lo posible por entregar su mensaje, cuál sea que haya sido porque
el orgullo y la prepotencia sobran. Más que una película, parece un documental
por permanecer siempre en la misma zona de conforte y probablemente por ella se
sienta que no avance ni enganche.
Para tratarse del primer trabajo
direccional de Washington, está decente pero le hace falta aún por adquirir
experiencia en el departamento de edición, música y especialmente en el guión.
Lo único sobresaliente es su actuación como la de sus compañeros, en eso no se
equivoco, así que espero haga ese reajuste en su proceder y le inyecté de
adrenalina a su desarrollo histórico y variedad a su cinematografía.
Calificación: 3 de 5 estrellas
No hay comentarios:
Publicar un comentario