Intentando regresar a su retiro, John Wick se ve forzado a regresar a
la acción a causa de un juramento de sangre hecho en el pasado. Ubicándose
justo en el ojo del mafioso huracán, debe recurrir una vez más a sus
habilidades legendarias en orden de cumplir con su misión y en el proceso
sobrevivir de este círculo sin fin.
Esta vez Chad Stahelski recibe todo el peso de la dirección debido a
que su compañero David Leitch se encontraba ocupado planeando la siguiente
Deadpool. De igual forma lo ayudó a producirla y en conjunto con el guionista
Derek Kolstad se mantuvieron fieles a la naturaleza violenta derivada por este
sugestivo e intrigante inframundo criminal.
Stahelski no recurrió a la formula sino la multiplicó por lo doble
prestando suma atención a cada detalle de sus encuadres conforme captaba las
intensas coreografías detrás de las persecuciones, peleas, disparos y
cuchillazos. Al igual que la anterior, tenemos quebradero de cabezas y un gran
salpicadero de sangre por doquier.
Es una travesía impresionante de experimentar porque prácticamente te
deja sin aire y es imposible no contagiarse gracias a que el sentimentalismo
continuó siendo el núcleo. Aunque
sea a la brevedad, se percibe el conflicto interno en Wick. Dicho esto, la
esposa sigue jugando un papel esencial en el moldeo de esta alma torturada.
Sigue sin perder la elegancia Keanu Reeves, interesante que esta
proyección supere a las de Ethan Hunt y James Bond en cuestiones de
presupuesto. El modo en que impulsa a Riccardo Scamarcio, Common, Ruby Rose,
Ian McShane, Franco Nero, John Leguizamo y esencialmente Laurence Fishbourne,
es de apreciarse y bastante.
El extenso entrenamiento en armamentos y combate táctico rindió frutos
en Reeves porque logró trasladarse al siguiente nivel considerando las
maniobras agresivas en las que se desenvuelve en las constantes secuencias de
acción porque en definitiva son muchas y ninguna decepciona en lo absoluto,
sino lo contrario, se superan entre sí.
Considerando de igual forma su cinematografía, la escena en la sección
de los espejos en el museo es espectacular, los reflejos, los compartimentos
secretos, la iluminación, el sonido y los efectos ópticos. Lo mismo va para las
catacumbas, los exteriores de Roma, el concierto, la secuencia de la estación
del tren y ni se hable de la coronación
de la hermana.
La calidad en su proceso de edición es increíble y por ende, imposible
de no aplaudir ya que no bromeaban los críticos para variar. No cabe la menor
duda de que JohnWick 2 hizo lo que las secuelas de Jack Reacher, Búsqueda
Implacable, Spectre y Jason Bourne no pudieron hacer y fue exceder a la
anterior.
Una secuela con el mismo calibre táctico de la primera y sin miedo a
cruzar la línea. La formula no pudo haber estado mejor considerando la forma en
que culmina ya que se puede sentir la adrenalina y el entusiasmo de ver lo que
sucederá en la tercera parte, que sin duda la estaré esperando con emoción.
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