viernes, 24 de febrero de 2017

Crítica de Florence Foster Jenkins


Oscar2017: Florence Foster Jenkins: la mejor peor de todas

Basada en la historia real de Florence Foster Jenkins, Meryl Streep interpreta a esta hermosa mujer cuyo sueño la lanza al estrellato sin importar que carezca de los talentos suficientes para ser referida como una gran cantante de ópera. En el nombre del amor, su esposo y asociado pianista deciden correr el riesgo de ser ridiculizados y la respalda todo el camino sin importar las consecuencias.

Nominación tras nominación y bien merecida está última para Streep quien nomás no parece tener una mala reseña. Otra vez lo hace de nuevo y vaya riesgo que nos compartió porque es un desenvolvimiento de doble filo que nadie lo pudo haber enternecido con humanidad e inocencia, nadie nos hubiese contagiado de esta hermosa pasión por la música.

Hubo un par de sorpresa en el camino, Hugh Grant en especial me sorprendió de verlo tan definido. Su carisma sigue intacta pero su elocuencia y dramatismo estuvieron en primera clase. Empiezo a creer que le robaron la nominación, honestamente me hubiera conformado con Actor de Reparto porque indiscutiblemente se lució con Streep.

Tal parece Jim Parsons no es el ٗúnico en actuar en las grandes producciones con grandes actores, aquí Simon Helberg se sale de su estereotipo y adopta humildad al lado de Streep. Su emotividad no es nada nuevo, su personalidad es aquí su grano de oro porque de poco en poco te va arrastrando hasta el punto de caernos bien.

A Rebecca Ferguson la siento desaprovechada más eso sucede cuando tenemos a una gran actriz ansiosa por dejar su huella sin importar la reducción biográfica de su personaje. Pero me temo que no había de otra forma, de por sí el guión de Nicholas Martin está extremadamente completo dentro de lo que cabe.  

El director no era ningún extraño al género, con títulos como La Reina y Philomena, Stephen Frears sabía lo que tenía en manos y no titubeó en hacerle justicia a esta mujer como ha lo hecho en el pasado. No ha tenido la fortuna de ganarse su Oscar al igual que Ridley Scott pero tarde o temprano terminará recibiendo uno.

Cualquier obra que dirige logra no sólo conmovernos sino esencialmente humanizarnos. Recordar que la belleza no está en lo físico sino en el corazón. De ahí surge la inspiración, la pasión por hacer algo sin importar lo cuan limitado que estemos o lo más tonto que sonemos. Enhorabuena te ríes. Si se tiene el suficiente amor por uno mismo, entonces todo es absolutamente posible.

Calificación: 4 de 5 estrellas

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