Seis
meses después de que Andrómaca ha perdido su inmortalidad, ella y su equipo se
ven envueltos en una cruzada de la cual la inmortalidad del resto estará en la
línea cuando la primera de los inmortales reaparece para ayudar a una amiga del
pasado a cobrar venganza por lo que Andrómaca le hizo hace 500 años.
Seguramente
esta sinopsis te ocasione algo de confusión, pero me temo que de eso van estos
107 minutos de esta secuela que hemos estado esperando por cinco años. Resulta
una lástima que los críticos tenían razón para variar, la historia es tan mala
que en ocasiones casi me quedaba dormido y eso que suele ser muy flexible con
las películas.
Por
decir que en raras ocasiones me gusta hablar mal por primer ser comprensible y
tratar de entenderlas, pero me temo que aquí ni cómo darles el beneficio de la
duda. Hasta me duele que después de la hora, haya predicho que se quedaría en
continuación. En efecto, tomó el esquema
de El Imperio Contrataca al optar por un tono mucho más oscuro y pausado en el
desarrollo de personajes.
He
ahí la gran falla, los sucesos de la primera son desechados por un nuevo
concepto en este mundo de inmortales. Un exiliado nunca lo estuvo y cambio de
corazón fue excusa para respaldar la nueva dirección porque es como si se
hiciera borrón y cuenta nuevo. Claro iniciamos con una buena dosis de acción e
igual concluimos con la misma dosis de acción.
En
ambos escenarios, desinteresadas terminan por sentirse las batallas y es porque
el retorno de Uma Thurman deja mucho por desear al introducirnos a nuevos
personajes de los cuales ni tiempo suficiente tienen para dejar su huella.
Terrible la manera en que Charlize Theron y Uma llevan a cabo sus escenas,
demasiado distractorio porque se suponía que el antagonismo recaería en Quynh,
después de haber vivido en el infierno por 500 años a expensas de Andrómaca.
Chiwetel
Ejiofor como James Copley pierde relevancia como Henry Golding en el papel de
Tuah quien parece que se lo sacaron de la manga para darle un contexto
mitológico a este revisitado concepto de la inmortalidad. Kiki Layne no me
convence como Nile, demasiada forzada como Matthias Schoenaerts, su búsqueda de
redención carece de peso junto con el resto del elenco.
No
entiendo qué pasó para que la directora les haya permitido a las guionistas a salirse
con la suya, y es que también es muy raro que Charlize Theron haya hecho una
mala secuela y en todos los sentidos. Si la intención era establecer una saga
con esta secuela, acaban de ponerse en gran riesgo. Independientemente de sí
continúen con la tercera, me temo que el daño ya está hecho y todo por haber
deshecho lo que lucharon y sufrieron este grupo de amigos inmortales en la
entrega anterior.
Con
20 minutos de acción desenfrenada y caótica al principio, seguida de un disque
desarrollo de personajes, villanos y circunstancias en la siguiente hora para
concluir en 20 minutos de más acción incompleta porque todos se siente a
medias, hasta el grado de que Andrómaca se queda sola. Entonces, ¿en qué momento se llevaron a los
demás?
A mi
también me hubiese gustado desaparecer, pero ni modo. Una gran lástima ya que
prefiero volver a ver la primera para quitarme este mal sabor de boca.
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