Una agencia internacional de espionaje referida como Kingsman descubre
una conspiración para destruir al mundo. En víspera de la ejecución inesperada
de uno de sus caballeros, Galahad opta por reclutar a Eggsy, el hijo de uno de
sus compañeros que salvó su vida, mientras investiga a fondo esta alarmante
amenaza.
Basada en la historieta El
Servicio Secreto de Dave Gibbons y Mark Millar, el director y guionista
Matthew Vaughn retoma el estilo de X-Men: Primera Generación, inyectándole una
dosis del viejo James Bond y fusionándola a su vez con la fantástica tecnología
de G.I. Joe. En resumen, Vaughn termina entregándonos una divertida e impresionante
producción de acción.
En contraste con otras de su género, es difícil tomarla en serio
aunque quiera ya que nunca falta un diálogo o una ocurrencia que nos haga reír
de buena gana. Inclusive en sus acrobacias, tácticas o uso de armamento.
Obviamente existen inconsistencias que destrozan su credibilidad pero viéndolo desde
el punto de la fantasía, se permite hasta cierto grado.
Con lo anterior me dirijo a su narrativa, la cual cometió el mismo
error que el reinicio de Karate Kid, el novato Eggsy se convierte en un maestro
del combate al mismo nivel de Galahad y con esto se pone al tú por tú con un
villano que ninguno de los veteranos pudo lograr. Ni siquiera Anakin pudo contra
Dooku a la primera ni menos contra
Obi-Wan en las precuelas de Star Wars.
Fuera de eso, me intriga su enfoque entorno a la política, no tan
distante de la realidad. Sarcástico hasta el grado que duele. Las consecuencias
en el desenlace serán satisfactorias para la mayoría que soñamos con ese
exquisito destino para nuestros estimados políticos y gobernantes del mundo. Para
quienes la hayan visto, disculpen no me pude resistir.
Colin Firth y Samuel L. Jackson se roban la función. Su momento definitivo
es durante la cena que comparten, debo hacer hincapié en las magníficas líneas
que se intercambian. Realmente no tuvo precio, sobre todo ese momento caótico dentro
y afuera de la Iglesia. Firth se distingue por su caballerosidad mientras L.
Jackson es gustosamente casual.
En compañía de Firth, Taron Edgerton adquiere esa madurez necesaria
para convertirse en el próximo héroe de Hollywood. Casi podría compararlo con
el papel que hizo James McVoy en Wanted, porque de que tiene carisma la tiene,
principalmente en el tercer acto donde Michael Caine y Mark Strong le son de
gran ayuda.
Con el Episodio VII de Star Wars rondando cada vez cerca, me dio un
gusto contar con la breve presencia de Mark Hamill. No puedo evitar señalar que
su reunión con L. Jackson haya sido una especie homenaje por parte de Vaughn ya
que tenemos a un actor de las precuelas con uno de los clásicos. Bastante notorio.
Para finalizar, Kingsman: El Servicio Secreto nos entrega justamente el
entretenimiento que queríamos ver. Alocada acción, disparos por doquier, artes
marciales, figuras extrovertidas y sobre todo, nos garantiza que pasaremos un agradable
rato en el cine, que es lo que casi la mayoría quiere a estar alturas
posteriormente de tanto drama.
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